El desconfinamiento, un primer paso para la victoria final
El
lehendakari Iñigo Urkullu ha declarado esta mañana en la sede de la
Eusko Jaurlaritza (Parlamento Vasco) en Álava. El presidente del
Gobierno Vasco ha visibilizado su propuesta de flexibilizar el
confinamiento y liberar a los niños, personas mayores y personas en
situaciones especiales. Se trata de un plan de medidas que le va a plantear al presidente del
Gobierno central, Pedro Sánchez en la reunión del domingo. Sánchez
tiene la intención el 22 de abril de prolongar el estado de alarma
hasta el próximo 10 de mayo, con el visto bueno del Consejo de
Ministros y contaría con los votos de Podemos, PNV, EH Bildu y los
partidos nacionalistas. El presidente del Gobierno Central en esta segunda prórroga del estado de alarma pretende relajar las medidas y rebajar el confinamiento paulatinamente, teniendo en cuenta siempre la voz de los expertos sanitarios y los científicos.
Urkullu
en su propuesta de liberar a la población vasca, en especial, la
salida de los niños con sus padres siguiendo las medidas de
seguridad establecidas por las autoridades sanitarias, y los paseos
controlados de personas mayores así como personas con necesidades
especiales, como los autistas, personas con síndrome de Down, las
personas que necesitan hacer rehabilitación tras una operación o
deportistas. En este caso, Urkullu ha comunicado "se debe
permitir a los adultos 30 minutos o una hora de ejercicio físico al
aire libre de forma aislada y sin agrupaciones de personas". Esa
propuesta de desconfinamiento y de flexibilizar el encierro en los
hogares se debe al control en el País Vasco de la pandemia, que en
las últimas horas el contagio se ha reducido a un 10% y se ha reconducido el control
en los hospitales, a falta de realizar los tests rápidos masivos a la población para evidenciar la inmunidad de los ciudadanos y generar anticuerpos al coronavirus, y la distribución de las mascarillas a la población. En este debate abierto
sobre la "des"escalada paulatina como lo ha denominado
Sánchez en las comparecencias públicas, el plan es volver a la
normalidad a finales de mes y principios de mayo, para reabrir
comercios pequeños, pymes y autómos para evitar un desajuste en sus
cuentas económicas y unas pérdidas millonarias.
Asimismo,
en el desconfinamiento previsto aunque no se saben las fechas, se
prevé establecer para después del 26 de abril, fecha en la que se
acaba el estado de alarma, una vuelta a la actividad paulatina para
la actividad laboral de tiendas especializadas y las más vulnerables
ante esta crisis sanitaria. Además, el lehendakari ha reconocido la
importancia de salir de esta situación cuanto antes para las
personas mayores para mejorar su salud al salir al aire libre,
siempre con mascarilla y protección y el distanciamiento social de
dos metros, para los niños que necesitan después de un mes salir a
las calles para quemar la ansiedad, adrenalina y tensión de estar
encerrados en casa, y el ejercicio físicon en la calle de forma
controlada sin aglomeraciones con los beneficios que conlleva, como
es estirar las articulaciones, respirar aire puro y evadirse de las
24 horas y 34 días de confinamiento en los hogares.
Una
solución a la batalla
El
desconfinamiento controlado y liberación de la población es una
solución a los problemas de conciliación familiar, el
fortalecimiento de las parejas y una terapia para muchas personas,
que no les llega el oxígeno al estar en casa encerrado, además de
una vuelta a la normalidad y una llamada a la esperanza de familias
vascas para la supervivencia humana tanto económica como personal
(en este caso mejorar su salud) siempre y cuando se cumpla con un
principio; responsabilidad ciudadana. La última palabra la tienen
las autoridades sanitarias, científicos y Pedro Sánchez, que al
parecer estaría por la labor de aceptar esta libertad de los
individuos antes de oficilizar la segunda prórroga del estado de
alarma, veremos que decisión toma el 22 de abril.
Esta
pandemia la superaremos unidos, pero la vida continúa y hay que
disfrutarla, porque debe fluir y volver a cobrar vida, una ciudad sin
personas está silenciada y es una ciudad fantasma. Sería el primer
paso para vencer este partido al coronavirus, y alejarlo de la
sociedad occidental con respeto sí y responsabilidad, pero sin
tenerle miedo siendo valientes. Volver a las calles sería generar vida y empleo y el primer paso para volver a la normalidad, una ciudad vacía no tiene alma, y este virus tiene que enterarse que somos más fuertes que él, no cobardes.
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