Pensamientos de cuarentena
En estas cuatro semanas de confinamiento he reflexionado mucho sobre como cambiará nuestra vida cotidiana. He analizado el mercado financiero y la crisis económica que el coronavirus va a dejar en nuestras vidas, y siguiendo un curso online recomendado por un amigo de Edx sobre el marketing digital y community manager, me he dado cuenta que los roles de las empresas van a sufrir cambios. Eso de ver oficinas y redacciones llenas de vida y compañeros, se va a ver sustituido por el teletrabajo, en algunas empresas y va a abrir camino a las tareas realizadas vía online, como videoconferencias en lugar de reuniones presenciales, escribir piezas informativas desde casa en lugar de ir a la redacción; esta forma de trabajo se va convertir en un hábito en los próximos años, y por supuesto la gestión de las redes sociales como Instagram, Facebook, YouTube y Twitter, en definitiva, la social media, una fuente de ingresos más potente para las empresas de cara a realizar campañas de marketing online. +
En estos 32 días he recapacitado sobre el sector y mercado del periodismo principalmente (me he formado en este ámbito), y cada día estoy más satisfecho de pertenecer a este gremio, que cuenta historias como las de las personas que se han salvado de este maldito virus, o por el contrario las que nos han dejado. Estoy seguro que nos adaptaremos a los cambios, al incremento del paro a casi un 21% en España, y también que valoraremos más los pequeños placeres de la vida, como tomar un café con amigos, disfrutar de las vistas y de un baño en La Concha, incluso de una rutina de entrenamientos con un amigo que antes era habitual y ahora solo puedes comunicarte a través del Skype o videollamada online. Además, cuando volvamos a salir a la calle nada será igual, empezaremos saliendo de forma ordenada, realizando actividad física al aire libre solos, y nos tenemos que adaptar a la soledad y a entretenernos con Netflix, vídeos de Youtube, películas y lecturas, incluso aprender a cocinar (el otro día aprendí los pasos de elaboración de unas torrijas y me quedaron jugosas para ser la primera vez).
No nos va a quedar más remedio que hacernos más tecnológicos y volver a la era de los millenials, pero como forma de sociedad y comunidad, tener relaciones digitales, y conversar con los amigos y familiares vía Skype y otras aplicaciones. Este confinamiento y cuarentena no nos permite acercarnos y vernos en persona, pero sí establecer una conversación y comunicarnos a través de los móviles, ordenadores y tables. La evolución tecnológica y el consumo digital va a ser nuestro presente y el futuro, y nos va a convertir en uno de los países punteros como en Corea, China o Estados Unidos, aprenderemos a investigar, buscar información y transmitirla, no me quiero imaginar una vida sin móvil, televisión, y redes sociales, ahora mismo es lo único que nos permite relacionarnos y estar entretenidos, gracias a Instagram, YouTube, Netflix y plataformas digitales la sociedad busca su entretenimiento y forma de socialización, sin ello no sería posible comunicar ni tener un feedback de un cliente o una opinión de un amigo sobre la vida laboral, la crisis económica o su día a día en esta cuarentena por la crisis sanitaria...
Solo espero que la vida normal vuelva a sus cauces para principios de mayo, y poco a poco se pueda volver a quedar en grupo y ver a esas personas que forman parte de mi vida.
Volver a ver las calles de la Parte Vieja llenas de turistas y con los bares a rebosar, salir a Gu o a Bataplan y juntarnos con la cuadrilla y grupo de amigos va a tardar unos meses, pero llegará con más satisfacción, diversión y un aire más limpio.Está claro que nos viene una crisis económica, la peor de la historia en este país, pero nos tenemos que aferrar a la vida, y a lo que nos rodea y tenemos, con nuestros pequeños vicios, hobbies y luego llegará el momento de volver poco a poco a la normalidad. En la actualidad, me he tomado esto como un parón y una nueva etapa de mi vida, en la que pienso disfrutar de cada momento como si fuera el último día, y no pensar en el virus, sino en que esto nos va a hacer más felices y más solidarios, como luchadores. Vida solo hay una y hay que aprovecharla, con la compañía de la familia, y aprender a vivir solo es uno de los retos que nos toca. Nadie dijo que fuera fácil esta vida. Estoy seguro que cuando acabe esta lacra social, llegarán momentos más emotivos, mejoraremos como personas y aprenderemos a vivir día a día y no pensar en el mañana.
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