Fiestas sin pistas de baile, fiestas apagadas y pasivas
Este sábado 27 de junio como se comunicó en "la Orden de la Consejera de la Salud del 18 de junio del 2020" dentro de la Nueva Normalidad, y tras la finalización del Estado de Alarma en el País Vasco el 19 de junio, con la situación controlada en Gipuzkoa a excepción del foco de infección en Orio con nueve positivos y casos aislados, las discotecas del País Vasco tienen el permiso de reabrir sus locales de ocio nocturno. Esta normalidad dentro de la hostelería nocturna conlleva la vuelta a la actividad laboral de los camareros, jefes de seguridad, promotores de eventos nocturnos, y DJs que han estado de ERTE estos tres meses y han cobrado el paro temporal del Gobierno.
No obstante, la vuelta de las discotecas y bares de ocio nocturno van a sufrir cambios en esta "nueva normalidad", no se les va a permitir utilizar la pista de baile y en su lugar tendrán que utilizar mesas y sillas en el interior con una separación de 1,5 metros entre las mesas y grupos de jóvenes y con mascarillas obligatorias en caso de no cumplirse las distancias de seguridad establecidas por Salud. Estas medidas adoptadas por el Gobierno Vasco y la Consejera Nekane Murga han traído consigo el enfado y cabreo de los hosteleros vascos con locales de ocio nocturno, dada la contradicción que supone abrir una discoteca y un bar de noche sin la utilización de la pista de baile. Sin duda, se trata de una postura conservadora y muy extremista del Gobierno Vasco, porque la orden señala que solo va a poder consumirse sentados, y una fiesta sin pista de baile es una fiesta sin alma ni vida. No se concibe una fiesta sin tener libertad, y atados de pies y manos en la silla, las discotecas y pubs van a tener que reinventarse y innovar con la venta de las consumiciones, el consumo de las cachimbas y un ambiente chill out para obtener unos ingresos mínimos que no les va a garantizar recuperar estos meses de parón y con los locales cerrados sin ninguna ganancia.
Reducción de aforos y tomas de temperatura obligatorias
Estas normas de seguridad establecidas por el Gobierno Vasco carecen de sentido y no ayudan a la reactivación del sector. Lo más razonable sería obligar el uso de las mascarillas en las discotecas, y pubs nocturnos, establecer puntos fijos con pegatinas y separaciones de 1,5 metros y mamparas de cristal en las barras para evitar el contacto entre los clientes y los camareros al igual que las reducciones de aforo hasta un 60% (600 personas en Bataplan en lugar de 1.000), y la toma de temperatura obligatoria al personal y asistentes.
La entrada de Bataplan Disco en la playa de La Concha. Kulturaldia.com
Las instituciones y gobiernos deberían subrayar y ayudar la labor de los locales y discotecas para reactivar la vida nocturna de la ciudad, porque los hosteleros del ocio nocturno van a abrir sus puertas aunque tengan pérdidas en los primeros meses, y más teniendo en cuenta que van a tener que cambiar su estilo de negocio con clientes de clase alta que prefieren una fiesta más relax sentados y sin apenas turistas en San Sebastián, que llegarán pero en un 30% para los meses de julio y agosto, coincidiendo con la temporada alta. En las discotecas están en juego millones de puestos de trabajo, como el de los camareros, jefes de seguridad, DJs, organizadores, empresas promotoras como GetIn y marcas como RedBull, Shiver, DeustoParty y Vodka Absolut, bebidas alcohólicas y organizadores de fiestas que viven del mundo de la noche. A las discotecas se les debería de dejar un mínimo de espacio y más libertad como a los bares que pueden utilizar sus terrazas y interior para el consumo y venta de pintxos y bebidas. La nueva fiesta es un cambio de perspectiva, de fiestas con alma y vida, a fiestas apagadas y pasivas sin el ritmo frenético de la noche y el ambiente activo.
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